Pérdida Gestacional Recurrente

Factores de riesgo asociados al estilo de vida, comportamiento y exposición ambiental

Es la pérdida de 2 o más embarazos independientemente de si estos son de forma consecutiva o no. Aunque es un diagnóstico bastante estresante para la pareja la prevalencia en la población general es baja (2-3%).

Ante un diagnóstico de pérdida gestacional recurrente (PGR) se debe descartar causas genéticas, anatómicas, inmunológicas y metabólicas entre otras, así como las relacionadas con el varón.

Ciertos comportamientos relacionados con el estilo de vida y exposiciones ambientales pueden estar asociados con un mayor riesgo de complicaciones del embarazo y/o malformaciones neonatales. Algunos de estos factores también se han propuesto como factor de riesgo para la pérdida del embarazo y, por lo tanto, en teoría, la modificación o eliminación de estos comportamientos, o la reducción de las exposiciones podrían reducir el riesgo de pérdida del embarazo.

Este resumen presenta la evidencia actual que existe sobre la relación de los factores de riesgo asociados a comportamientos y estilos de vida con la pérdida recurrente del embarazo, y sobre las modificaciones en el estilo de vida y exposición que podrían reducir este riesgo en parejas con PGR.

¿CUÁLES SON LOS FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS A COMPORTAMIENTOS Y ESTILO DE VIDA QUE SE HAN RELACIONADO CON LA PGR?

Edad

La edad ha demostrado ser un factor determinante en el pronóstico de aquellas parejas que han sufrido pérdidas gestacionales recurrentes. Se sabe que las mujeres mayores de 35 años tienen el doble de riesgo de sufrir una nueva pérdida gestacional, esto debido a que la probabilidad de que el embrión tenga algún problema genético aumenta significativamente a partir de esta edad. Por encima de los 40 años el riesgo de tener pérdidas gestacionales recurrentes incrementa drásticamente en comparación con mujeres de menor edad. En cuanto a la edad del varón, parece ser que a mayor edad más probabilidad de que ocurra una perdida gestacional, pero no existen estudios que valoren su relación con perdidas gestacionales recurrentes.

Estrés

Esta claro que hay una relación entre el estrés y la perdida gestacional recurrente, pero está menos claro si el estrés es causa o efecto.  A día de hoy no existen datos suficientes para clarificar esta relación, pero parece conveniente y recomendable que la pareja reciba el soporte necesario para que pueda gestionar de la mejor manera posible el estrés y la frustración generada por esta situación.

Exposición a factores ambientales u ocupacionales

Parece ser que la exposición a metales pesados, pesticidas o gases anestésicos pueden aumentar el riesgo a sufrir perdidas gestacionales de forma recurrente. Así mismo, el déficit de micronutrientes (vitaminas, ácido fólico, minerales como el hierro, yodo, calcio y zinc, etc.) podría tener relación con esta afección, por lo que se recomienda disminuir o eliminar el consumo de productos procesados y aumentar el consumo de frutas, verduras, granos integrales y productos lácteos.

¿QUÉ CAMBIOS EN EL ESTILO DE VIDA PUEDEN DISMINUIR EL RIESGO DE PRESENTAR PGR?

Dejar de fumar

El tabaquismo se ha asociado con problemas en el embarazo y en los niños nacidos de parejas que fuman. Las posibilidades de llegar a obtener un niño en casa después de una pérdida gestacional también disminuyen en aquellas parejas fumadoras (hombre o mujer), siendo mayor este riesgo para aquellas que fuman más de 20 cigarrillos al día. Aunque no existen estudios en parejas con perdidas gestacionales recurrentes, es lógico pensar que el tabaco tendrá un impacto negativo en estas parejas por lo tanto se recomienda dejar de fumar.

Esforzarse por lograr un peso normal y saludable

La obesidad, considerada como un índice de masa corporal (IMC) ≥ 30 ha demostrado ser un factor de riesgo importante. De hecho, un estudio realizado en Reino Unido en el 2010 encontró que la obesidad fue el segundo factor más importante después de la edad de la mujer a la hora de predecir una nueva pérdida gestacional. Por el contrario, un bajo peso materno (IMC < 18,5) no se ha relacionado con un aumento de este riesgo. Se sabe poco del impacto directo que pueda tener el peso del varón en esta patología, aunque si se ha descrito un daño en el material genético de los espermatozoides en varones obesos que podrían afectar negativamente el pronóstico de estas parejas, aunque de momento no hay evidencia disponible.

Reducir el consumo de café

Aunque es controvertido parece ser que un consumo elevado de cafeína (> 300mg/día) podría aumentar el riesgo de sufrir una nueva pérdida gestacional. Se ha sugerido que este riesgo pueda tener un fondo genético ya que se presenta solo en mujeres con cierto tipo de alteración genética que pudiera alterar la forma de metabolizar la cafeína. A pesar de la escasa evidencia parece recomendable que en estas mujeres el consumo no supere los 300mg/día (2 tazas).

Evitar el consumo de alcohol

El alcohol tiene un claro impacto negativo en el embarazo y es causa probada de problemas en el bebe recién nacido como el síndrome alcohólico fetal. Aunque la evidencia actual es limitada, parece que el consumo excesivo de alcohol tanto por parte del hombre como la mujer sería un posible factor de riesgo para una nueva pérdida gestacional, por lo cual se recomienda a estas parejas limitar su consumo.

Ejercicio

No se ha demostrado que el ejercicio mejore el pronóstico de estas parejas, aunque en general es bastante recomendable para mantener una buena salud en la mujer, sobre todo en presencia de sobrepeso u obesidad, situación que si ha demostrado ser un factor de riesgo para pérdida gestacional recurrente.

Relaciones sexuales

Aunque clásicamente se suele indicar reposo sexual a aquellas mujeres con sangrado vaginal durante el embarazo, no está demostrado que mantener relaciones sexuales durante el mismo aumente el riesgo de pérdida gestacional.

Fuente: Bender Atik R, Christiansen OB, Elson J, Kolte AM, Lewis S, Middeldorp S, et al. ESHRE guideline: recurrent pregnancy loss. Hum Reprod Open [Internet]. 1 de abril de 2018 [citado 6 de junio de 2020];2018(2). Disponible en: https://academic.oup.com/hropen/article/2018/2/hoy004/4963604